viernes, 29 de julio de 2016

EL MECANISMO QUE ASESORA A JUNCKER Y LAS SOCIEDADES CIENTÍFICAS


En materia de asesoramiento científico, la Comisión Europea  ha cambiado el modelo unipersonal y de liderazgo que encarnaba Anne Glover,* asesora de Durao Barrosso, por el de la responsabilidad colegiada. El Mecanismo de Asesoramiento Científico  (SAM) de la Comisión Europea puesto en marcha recientemente, depende del Comisario de Investigación, Ciencia e Innovación (http://ec.europa.eu/commission/2014-2019/moedas_en), no directamente del presidente, pero está al servicio del colegio de comisarios y del presidente. La nueva estructura incluye un equipo de científicos, denominado Grupo de Alto Nivel (HLG) integrado por siete miembros de  diversas disciplinas, edades y países.** Este cambio, sin embargo, no presupone por sí mismo ni eficacia ni inanición. La capacidad de penetración en la estructura política de la Comisión que demuestre proporcionará un primer diagnóstico de su idoneidad.
El Grupo, cuyos miembros han sido contratados con dedicación parcial a esa tarea, ha adquirido el compromiso de focalizar sus esfuerzos en proporcionar asesoramiento sobre temas científicos a los Comisarios que lo soliciten. Paralelamente, ha emprendido la realización de informes sobre temas identificados como estratégicos por el propio Grupo.
La pregunta que planea sobre el ambiente comunitario es si esta nueva estructura tendrá entidad para hacer aportaciones significativas a la política científica de la Comisión o solo conseguirá visualizar el estado de la cuestión, es decir de la ciencia en Europa. Si practicará el conformismo o incluirán el riesgo en sus propuestas (recordemos que Glover fue “despedida” por declararse "no contraria" a los organismos modificados genéticamente).
Conscientes de las limitaciones que comporta el trabajo compartido (todos ellos siguen manteniendo las responsabilidades de sus respectivas dedicaciones profesionales), y a pesar del equipo de apoyo de 16 personas en la DG de R&I del que disponen, El Grupo ha abierto conversaciones  con diversas federaciones de sociedades científicas y academias europeas para canalizar sus potenciales aportaciones en materia científica. Este acercamiento, encabezado por el presidente del Grupo, el microbiólogo danés Enrik Wegener, marca un punto de inflexión en la articulación de las políticas científicas de la Unión, puesto que las conecta con las organizaciones científicas del continente. En la medida que esa dinámica de acercamiento se materialice, la efectividad, talento, agilidad, nivel organizativo y capacidad de generar propuestas innovadoras de las sociedades científicas serán factores determinantes en la implantación del asesoramiento científico a los responsables de las políticas científicas del gobierno europeo.
Por supuesto, resulta imprescindible que las sociedades científicas adquieran y desarrollen la doble capacidad de recoger la sensibilidad de los ámbitos ciudadanos en los que se encuentren implantadas y transformar esa sensibilidad en propuestas de política científica para plantearlas, los propios científicos, a los responsables de todos los niveles de la administración: local, regional, nacional y finalmente el europeo. E implicarse en el control y gestión de su materialización. Estamos muy lejos de una articulación de esas magnitudes, pero el SAM puede ser la oportunidad esperada que no debería desaprovecharse.

Más allá de especulaciones sobre el futuro del Grupo de Alto Nivel, las organizaciones científicas europeas, sea cual sea su ámbito territorial, deben afrontar el  reto de ganar en capacidad organizativa y adquirir el protagonismo necesario para colaborar en el  desarrollo de las políticas científicas que han de proporcionar el progreso y la calidad de vida que la sociedad europea está demandando.  No solo a los políticos, también a los científicos.



 ** Puede consultarse la composición del Grupo de Alto Nivel y sus respectivos currículos en: