lunes, 12 de noviembre de 2018

DESDE LA EVIDENCIA Y DESDE EL PENSAMIENTO


Cuando John Brockman se lamentaba de la falta de decisores  políticos con conocimientos científicos,  no apelaba  a su conocimiento,  sino a una estructura de pensamiento (véase el post “Cuando el conocimiento se topa con la política”: http://retegnosis.blogspot.com/2014/11/cuando-el-conocimiento-se-topa-con-la.html).
El Dr Rush Holt, un físico que representó a Nueva Jersey en el Congreso de los EUA y que actualmente es consejero delegado de la AAAS ha afirmado, refiriéndose a los siete científicos que ingresarán en el Congreso tras las elecciones de medio mandato, que probablemente no utilizarán su experiencia científica específica, pero que su mayor aportación será una forma de pensar muy necesaria.
"Lo que falta en el Congreso y que son los más capacitados para aportar es la perspectiva científica", porque cada vez hay más cuestiones que incorporan ciencia y requieren saber enfrentarse a ellas con un pensamiento acostumbrado a la complejidad, que es una de las características esenciales de la ciencia.*

Esta significativa aportación de científicos a la política norteamericana, según Caroline Weingberg , copresidenta de la March for Science de 2017, es debida a que el colectivo de científicos se ha sentido sin representación en los órganos de decisión política, y han corrido a incorporarse a las listas y no solo a votar, que también.

Es incuestionable la urgencia de la incorporación de asesores científicos preparados en todos los niveles de la administración en los que se toman decisiones políticas: para que su aportación sea efectiva no basta con disponer de unas pocas docenas para exhibirlos periódicamente como un triunfo. Pero los científicos también deben plantearse experimentar con la política, presentarse a las elecciones para poner su estructura de pensamiento al servicio de las políticas generales. Es una actitud de servicio que ha de constatar la madurez política de los protagonistas de la ciencia, y la voluntad expresada por las organizaciones científicas de ejercer con normalidad como un grupo de interés, imprescindible en cualquier sociedad del conocimiento.